Este perro es muy miedoso. Tiene miedo hasta de su propia sombra. Pero el ratoncillo, inocente y pequeñajo, demuestra que es una tontería eso de asustarse por cualquier cosa.
Este pato solo se preocupa de sí mismo. Todo le parece poco: la comida, los juguetes… Su compañero le pide cosas, pero él siempre contesta que es suyo. Lo malo es que, siendo así, nadie quiere estar con él.
A Berta le sale todo mal: se mancha de pintura, se pone a patinar y se cae en la bañera, se confunde de ropa, echa sal en el chocolate, tropieza y tira del mantel... Y, por si fuera poco, casi se sienta encima del gato. ¡Vaya día!
Saila está muy triste porque nota que su madre está pendiente de su hermano, que es un bebé. No sabe cómo llamar la atención: rompe un jarrón, mete ruido, pero al fin se da cuenta de que su madre quiere a ambos y de que ella no ha perdido su «,lugar»,.