A la luz del día, el aspecto siniestro de la casa no mejoraba mucho. Al igual que por la noche en la galería del jardín de atrás, volví a sentir el profundo aguijón del miedo. Pero esta vez, Zoa no vino a tranquilizarme. Sin embargo me pareció verla, en una imagen fugaz, al fondo del pasillo. Intent...