Una fotógrafa viuda de mediana edad propietaria de un negocio en declive recibe el encargo de un anciano de ir a retratar en su ataúd, tras el cristal del tanatorio, a un amigo que acaba de fallecer. Tras ello, la amistad entre ambos avanza a la par que los encargos de realizar esas fotografías mortuorias que el anciano conserva en su vivienda como colección. Con un título que hace referencia a la aparición de peces muertos en el Mar Menor tras la gota fría de 2019, ya que la novela se ambienta en Los Alcázares sin citar la localidad de forma expresa, Hernández consigue que la atmósfera amenazante de esos días se acompase a lo tenebroso de la temática. Junto a ello, la decadencia del anciano ante su muerte inminente y la crisis personal de la protagonista. La magistral e inconmensurable “El dolor de los demás” (https://antoniocanogomez.wordpress.com/2019/01/05/el-dolor-de-los-demas-miguel-angel-hernandez/) quizá sea un paréntesis en el estilo identificable del autor. Si en “Intento de escapada” (https://antoniocanogomez.wordpress.com/2021/02/27/intento-de-escapada-miguel-angel-hernandez/) centraba su temática en las performances artísticas, y en “El instante de peligro” (https://antoniocanogomez.wordpress.com/2021/03/16/el-instante-de-peligro-miguel-angel-hernandez/) partía de las cintas de cine mudo para hablar de corrientes expresionistas, en “Anoxia” se centra en la fuerza de la fotografía post mortem. Cumpliendo la máxima de la buena literatura de que a cada escritor se le asocie con una temática o planteamientos concretos, en el caso de Miguel Ángel Hernández el arte en cada una de sus facetas se convierte en el eje principal de su obra. www.antoniocanogomez.wordpress.com
hace 6 meses