Para las generaciones de posguerra el cine era la salida más poderosa a otros mundos, una puerta a la libertad y la imaginación. Algunos llegaron a hacer profesión de aquella afición, como José Luis Garci, que parafraseando la novela de Francis Scott Fitzgerald, aunque optando por un paraíso menos espiritual, el gallinero de las salas de cine, reúne una serie de textos literarios donde aborda su pasión por las películas y el mundo en torno al celuloide. Recuerdos de infancia y juventud, análisis críticos sobre géneros como el kitsch, recuerdos de actores y películas…Todo sirve A este lado del gallinero, zona donde se coloca el espectador, ansioso de que le hagan soñar en Technicolor y CinemaScope, para rendir homenaje a un mundo de películas y salas de cine que llenaban de lujo y glamour las principales calles de las ciudades, como la Gran Vía madrileña.