Oskar Schell es un niño de ocho años que ha perdido a su padre en el atentado de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001. A raíz de un descubrimiento fortuito, Oskar emprende una búsqueda que lo llevará por todo Nueva York, lo que en realidad se puede entender como un intento de asumir esa pérdida, aunque probablemente los resultados no sean los esperados.
Ese es el hilo principal, alrededor del cual giran otras historias, como la de los abuelos alemanes que huyeron tras el bombardeo que sufrió la ciudad alemana de Dresden, o bien las protagonizadas por alguno de los muchos personajes apellidados “Black” que Oskar visita en busca de una pista.
El libro está narrado en primera persona por distintas voces, alternando los capítulos protagonizados por Oskar y los protagonizados por sus abuelos, incluso aparece alguno extra; todos ellos comparten como fondo la pérdida de un ser querido. Es original en cuanto al formato, se intercalan textos con distinto estilo y letra, fotografías, color… aunque personalmente me parece un poco gratuito, no le veo un porqué.
Me ha parecido una lectura interesante, sobre todo me ha gustado Oskar, un niño bastante peculiar e inteligente. Pero no la recomendaría, no me parece para todos los gustos, y aunque en general me ha gustado y entretenido, algunos aspectos de la trama no me han terminado de convencer.