«No sé bien si los adolescentes pueden o no leer Pelo de Zanahoria. Pero es indudable que los adultos sí deben leer esta historia para comprender qué es un adolescente, qué necesita y qué le perjudica.» Así de contundente se muestra Ana María Moix en el prólogo a este maravilloso clásico de las letras francesas. Y es que, adolescente o adulto, cualquier lector sale transformado de la lectura de esta novela, uno de los textos más lúcidos, hermosos y desgarradores que se han escrito sobre las relaciones familiares. Con un lenguaje sutil y lleno de memorables imágenes, Renard retrata la vida en el campo de un niño al que llaman, por el color de su cabello, Pelo de Zanahoria. Inspirándose en su propia y dura experiencia, Renard nos habla de un chico problemático, obligado a convivir con una madre que no le quiere, un padre que le ignora y unos amigos que hacen de él constante objeto de burla. Pelo de Zanahoria va a descubrir de qué materiales está hecho el mundo, pero también el mundo va a oír la voz decidida de este niño que, desde hace más de un siglo, nos ayuda a entender el universo de los más pequeños.