Hermosa y terrible historia, basada en la experiencia y la posterior búsqueda de la felicidad del propio escritor, que arranca a partir de la muerte de su madre a la muy temprana edad de 9 años. Conmovedora narración que describe lo que siente y piensa un niño tras tan dolorosa pérdida. Una sola frase de Gramellini define con exactitud su pensamiento “No es verdad que se desea lo que no se ha tenido. Lo que de verdad se desea es lo que nos ha pertenecido desde siempre”. El protagonista le pide a Dios que se la devuelva y se pregunta ¿por qué a mi y no a otro, con la cantidad de madres que hay en el mundo?, no soporta la compasión que inspira cuando oye decir tantas veces frases que quieren ser caritativas y resultan de lo más simplonas, como: “pobre niño, tan pequeño y sin madre”, cuando él no pide esa compasión si no amor. Su vergüenza mal entendida a decir que es huérfano le hace esconder su muerte a todos aquellos que se van cruzando en su camino, y se dice que con una madre de reserva le valdría. Una muerte que le hace sentir diferente a los demás, y que no le permite encontrar a su auténtico yo, el odio que siente contra el mundo entero le hace escudarse tras una coraza para no dejar translucir su gran dolor. El hombre en que posteriormente se vuelve no puede desprenderse de su melancolía ni de su vacío existencial, todo y que no parara en su búsqueda para encontrarse a si mismo y ser feliz. Parece no haber lugar ni situación en el cual consiga obtener la paz de espíritu que tanto necesita para poder quitarse de encima su dolor. Tan solo empezara a vislumbrar la paz y la felicidad cuando 40 años después se entera de la verdad de su muerte, verdad que de niño le fue ocultada por su padre y que en fondo él bien conocía. Libro corto pero intenso escrito con sencillez y pasión, que a pesar de su dramatismo no deja de contener sutiles toques de gran ironía. (L.O.C.)
hace 12 años