Para mitigar el sufrimiento de su abuela Elsa, una reconocida psicóloga infantil que padece una enfermedad incurable, Anna Ahlqvist le ofrece compartir los pequeños placeres que ambas adoran: hornear pasteles, disfrazarse juntas o improvisar un picnic en el parque. Durante uno de esos momentos de cálida intimidad, Anna se prueba un viejo vestido y una puerta que parecía cerrada para siempre se abre hacia el pasado. El vestido no perteneció a Elsa sino a Eeva, una joven mujer que había cuidado de la madre de Anna durante los largos viajes de su abuela. Y aunque el recuerdo de Eeva ha sido silenciado por todos, es la propia Elsa quien decide revivirlo. A medida que la historia se despliega y nos transporta a unos años en apariencia cargados de optimismo y ansias de libertad, Anna se obsesiona por recobrar el pasado de sus abuelos, como si de este modo pudiera recorrer un camino alternativo al de su propia vida. El resurgir de Eeva, sin embargo, tendrá efectos inesperados en la familia Ahlqvist.