Me ha gustado el personaje de Barrabás, el enorme cambio que sufre su personalidad tras ser liberado, al ser el beneficiado por la injusticia. Un hombre serio, callado y taciturno, siempre abismado en sus pensamientos que casi parece que no vive, un hombre que quiere creer y no puede, un hombre maldito desde su nacimiento condenado a una inmensa soledad. Me parece que la novela es respetuosa tanto con las personas religiosas como con las que no lo son, ambos grupos pueden sacar sus propias conclusiones sobre la soledad de Barrabás. Se puede interpretar que una vida sin creencias y sin religión es una vida triste y sin sentido, o por el contrario (mi interpretación) al hombre que razona no le queda mas remedio que alejarse de la mayoría de sus semejantes y quedarse solitario pero con su inteligencia intacta.
hace 7 años