A pesar de no tener la estructura, la consistencia, ni la profundidad de una novela -se nota excesivamente que la base del libro son un conjunto de relatos escritos para un dominical veraniego, que el autor ha ampliado hasta obtener un mínimo de páginas y convertirlas en libro- la historia es interesante y muy amena. Como lector te descubres pasando páginas sin pasión (abstenerse lectores con paladares más exquisitos) pero sin descanso, cumple su cometido pues entretiene, es corta y se lee fácil y rápido, lo que la convierten en una lectura recomendable para llevarla con nosotros a la playa o piscina en los días en que aprieta el calor.
Entretenida.
JGF (Quelibroleo)