Novela cortita y agradable. Con un argumento sencillo nos plantea una serie de temas que todos los que estamos rondando la cuarentena nos hemos planteado alguna vez (ya sabéis la dichosa “crisis de los 40”), evoca la añoranza de los que vivimos la adolescencia en los 90 y ese sentimiento a veces un poco angustioso de haber vivido ya, con suerte, la mitad de la vida. Los personajes son bastante tópicos, una protagonista buena que ha renunciado a cosas y sueños y que vive bien pero le falta "algo", una amiga fiel de la que no sabemos nada pero que escucha problemas y pone el hombro como ninguna, un marido guapo pero que… en fin… y un amor de adolescencia que se mantiene imperturbable pese a que duró solo 2 meses cuando los protagonistas tenían 17 años y que han trascurrido ¡25 años! y todo con un final casi milagroso. Es una novela muy bien escrita, muy sencilla, sin pretensiones que se lee en un rato y deja un buen sabor. Eso sí, dirigido a un rango de edades muy determinado, aquellos que sabemos que hubo una época en que no si no llegabas a una cita no podías avisar y dabas un “plantón”, algo incomprensible hoy, en la época del whatsapp e Internet.
hace 6 años