Esta es la historia de la familia Drummond. Los padres, Ted y Janet, ya tienen más de sesenta años y están divorciados. Sus tres hijos son Sarah, Wade y Bryan, Ted, por su parte, se ha vuelto a casar con Nickie, madrastra, por tanto, de tres hijos. La historia empieza cuando viajan todos juntos hasta Florida, a Cabo Cañaveral, para asistir al lanzamiento del transbordador espacial, Sarah, la hija, es uno de los astronautas que irá en el vuelo. Se puede decir que ella es la única triunfadora de la familia, o que, como mínimo, es la más normal de todos, aunque nació sin una mano debido a la talidomida ingerida por la madre durante el embarazo. El resto de la familia, Ted, Janet y Bryan, viven todos una circunstancia personal que los convierte en perfectos candidatos a una muerte prematura. Wade es seropositivo, pero sólo después de que una bala disparada por su padre le atraviese el hígado y se aloje en el esternón de su madre. La madrastra, Nickie, se había acostado con el chico, y ese fue el motivo del disparo. Nickie, claro, se une por ello al club de los seropositivos. Bryan, por su parte, ha intentado suicidarse cuatro veces y su única ilusión en estos momentos es el hijo que espera de su compañera Shaw. Todas las familias son Psicóticas es un paseo por el drama de la convivencia típica de nuestro siglo: rivalidad entre hermanos, celos, conflictos de autoridad entre padres e hijos, la ruina económica, el sexo mal entendido, la violencia conyugal, etc.