El final está en el principio. Y a medida que iba avanzando la lectura, me olvidé de este principio que me llevaba al final. Por lo cuál me terminé sorprendiendo. Pude sentir el dolor de la larga espera de Tomiko. El dolor de la incertidumbre. Cuando concluí esta historia, me quedé con un vacío doloroso que sólo provocan los buenos libros. Un final felíz? Un final que se vive.
hace 7 años