Habituados a la visión que de los indios norteamericanos nos han ofrecido el cine y la literatura estadounidenses, siempre obra de autores de raza blanca, la visión que una genuina nativa del pueblo dakota nos da de las costumbres y tragedias de este pueblo, no deja de ser de entrada subyugante, y aún más si el personaje es mujer. El resultado es poderoso si, además, es una escritora de raza quien nos documenta sobre ese universo enigmático, siendo capaz de transmitirnos las inflexiones peculiares de la rica y secreta lengua de su pueblo. Zitkala-Sa (o Gertrude Bonnin) nos ha dejado un soberbio relato de su niñez en una reserva sioux y de su posterior trayectoria de mujer india que lucha por abrirse paso en un mundo de hombres blancos imbuido de solapado o abierto racismo.