Resumen

Una historia de amor entre clases ambientada en la Málaga de la posguerra Monte de Sancha fue publicado originalmente en 1950 y ya entonces constituía uno de los primeros testimonios en el que la Guerra Civil española aparecía desprendida de referencias imperiales y de un lenguaje mesiánico y providencialista elaborado para ensalzar las virtudes o atrocidades de un bando y otro. La intención de Mercedes Formica era la de destacar el surgimiento inesperado del horror, el instante en el que la vida de un ser humano deja de importarle a otro. Para ello, Málaga juega un papel determinante en la evolución del argumento, una ciudad que, por su propia distribución geográfica, había permitido el desarrollo de dos zonas antagónicas: el paraíso apacible de la colonia extranjera y española que residía en el elegante barrio de la Caleta –una parte de él es el Monte de Sancha–, y la pobreza y el sufrimiento de los obreros que habitaban los barrios más humildes. Margarita Bradley, personaje simbólico que encarna a toda su clase social, y Miguel, un artista proletario, quieren vivir su juventud y disfrutar de su particular historia de amor, sin ser conscientes de que sus vidas están irrevocablemente condenadas a estar separadas casi desde el mismo nacimiento.