Carlos, con su espíritu juvenil y resoluto, revoluciona el sanatorio canario de El Sabinal, especializado en tuberculosos, al que llega para disfrutar de una estancia como becario. Allí tomará lecciones prácticas no sólo de Medicina sino también de Vida y, por supuesto, conocerá igualmente el amor. Las Hermanas de la Caridad, encargadas del cuidado de los enfermos, terminarán asimismo por revelar gratísimas sorpresas al lector, lejos de los clichés tantas veces vistos de los religiosos en plena Dictadura franquista.