Matriarcado es una fábula social y distopía con tintes de novela negra auto conclusiva. El libro se estructura en tres partes: "el accidente, el gueto y desmontando a Eve", contadas desde tres puntos de vista y narrado en primera persona y en pasado. Se divide en sesenta y dos capítulos y tiene una longitud de cuatrocientas once páginas. El ambiente de la novela está muy bien descrito, destacando las diferencias entre la zona donde residen las mujeres y los guetos donde están confinados los andros o varones quienes tienen que residir en departamentos austeros, sin mobiliario, en barrios pobres donde la prostitución y las drogas son habituales como una forma de ganar dinero y sobrevivir. En el Centro Estatal de Donaciones podemos encontrar las escenas más humillantes por la forma de tratarlos. El ambiente de la obra es asfixiante, duro y cruel, descrito de forma verosímil, como si fuera una historia que ha ocurrido de verdad debido a las anotaciones del autor sobre fechas y personajes ficticios. El ambiente está plasmado desde el inicio y las escenas que acontecen a los personajes principales y secundarios crean un clima de tensión que provocan en el lector la sensación de que los hechos se van a precipitar en cualquier momento. El ritmo es frenético, abrumador, con capítulos que terminan de forma intrigante y te incitan a seguir leyendo, manteniendo el suspense hasta la última página. El lenguaje es explícito, sin tapujos y tosco acorde con el mundo descrito, en que el escasean la humanidad y la empatía y en el que predominan el sexo y la tecnología. Las emociones que suscitan los personajes son principalmente frustración e injusticia. Me ha llevado a sentir ansiedad por el futuro de los personajes: por una parte, Ángel, de forma individual y, por otra parte, la sociedad masculina en conjunto. Las emociones más intensas y duras son las expresadas por los andros en los guetos: "En el gueto era imposible vivir. Lo peor era la falta de esperanza. La falta de un futuro. Eso poco a poco te iba consumiendo. Conseguía que fueras dejándote ir en un eterno transcurrir de días y noches idénticos, en un paso del tiempo lento y pesado".

Los personajes están bien descritos tanto sus emociones, su forma de pensar y actuar y el porqué de sus conductas, creando de nuevo contrastes entre personajes masculinos y femeninos.

La novela comienza con un accidente en el que muere una abogada, Evelyn. Un andro, Ángel, es el principal sospechoso. Las mujeres dominan el mundo mientras los varones son apartados y considerados peligrosos, seres inferiores. Hartos de esta situación comienza a dibujarse un escenario de revolución en los guetos para recuperar su libertad.

Partiendo del panorama mundial actual con el auge del feminismo y la forma diferente de verse la identidad de género y la transexualidad desde la política, sociedad y medicina, el autor propone un futuro en el que usando como pretexto La Gran Infección (que nos recuerda al Covid) las mujeres toman el control y dominio del mundo para protegerse. El virus solo lo portan los hombres y las científicas demuestran que reduciendo la testosterona se reduce el contagio. El problema surge porque hace demasiado tiempo que nadie muestra ya ningún síntoma del virus y parece usarse como excusa para segregar a los hombres. A nadie parece importar esta situación hasta que aparecen en escena Clara Meller y Evelyn Curtis y es a partir de ese momento cuando el libro comienza a dar tintes de novela negra increíbles que aceleran la acción y la intriga. Hellen chantajea a Ángel, Eve tiene un secreto perturbador, Sara siente algo por Eve al tiempo que flirtea con June quien a su vez es la única que conoce el secreto de Ángel. ¿Quiénes son realmente Clara y Eve? ¿Qué oculta Ángel, sospechoso del asesinato de Evelyn y Hellen?

Hellen nos muestra un mundo de mujeres que dista mucho de ser tan feliz y perfecto: las clases sociales persisten y sus genes son modificados para sentir atracción hacia las mujeres y así poder mantener segregados a los andros. La vida en las zonas donde viven ellas es dura y la economía no es tan estable para todas. Sin tener vidas tan duras como la de ellos, se puede tornar insoportable. Algunas mujeres se sienten atraídas por los pocos andros con permiso para vivir fuera del gueto y aquí nos planteamos el hecho de si la naturaleza se impondría sobre la medicina en caso de que esta situación se llegara a producir. La sensación que he tenido al leer es que ambos sexos se necesitan y anhelan estar juntos.

El autor retrata lo mejor y lo peor del ser humano y nos lleva a reflexionar sobre el feminismo radical y la lucha entre géneros. Me ha gustado que trate estos temas de actualidad como la transexualidad y las diferencias de sexos; el absurdo de criminalizar a hombres o mujeres solo por su sexo y cómo los personajes, a pesar de estar en la situación más dura y desalentadora, intentan luchar contra las injusticias. El hecho de llevar estos temas presentes a un futuro que mientras lo lees parece que sea algo real que ha acontecido en el pasado lo hace muy original, creativo y magistral. La idea de la separación por sexos unida a la intriga del libro lo convierte en una obra muy completa en la que nada ni nadie es lo que parece, creándose un grado de misterio tan fascinante que no se resuelve hasta la penúltima página. Las sorpresas inesperadas son clave en la novela. Hasta el final del libro no empiezas a entender muchas de las cosas que han ocurrido. Es una lectura muy interesante con la que he reflexionado y he disfrutado intentando encontrar pistas para desvelar misterios. Me ha recordado a libros como «1984» de George Orwell. Es una historia que va a disfrutar todo amante de la novela negra, el misterio, las distopías y la crítica social. (Noemí Hernández, 30 de octubre de 2023)