Reconozco que el autor no es santo de mi devoción, y no lo es porque uno, que lee y escribe de vez en cuando, piensa en cómo Eslava publica tanto sobre temas tan diversos. Más allá de envidias y devociones, quién no peca, merece la pena acercarse al mundo de los íberos. El Mediterráneo antiguo, el de Aníbal y sus elefantes, el de los griegos y los romanos, el de los faraones, también fue el de los íberos. De ellos sabemos lo que dice la Arqueología, puesto que su escritura es, en gran medida, un enigma. Pero, a través de las páginas escritas por Eslava, el lector retorna a aquella península Ibérica habitada por una marea de pueblos con costumbres singulares y también similares a las del resto de la cuenca mediterránea. No es necesario ser historiador o arqueólogo, Los Íberos es un libro de fácil lectura. Quizá algún día, en una de tantas excavaciones, alguien halle la clave de la escritura íbera y todo cambie; hasta entonces, la de los íberos será una historia perdida en la neblina del tiempo, historia a fin de cuentas. Eslava lo resume en una frase magnífica: "El pueblo que posee la escritura tiene una voz que resiste al olvido, tiene historia".
hace 7 años