A Alberto García-Alix siempre se le encuentra situado al margen de las convenciones. Se le encuentra también en todos sus retratos, en las personas, en los animales y en los paisajes que fotografía. Ahora, tras treinta y seis años como asiduo de las Islas Baleares, García-Alix nos ayuda a verlas con otros ojos, los que huyen de todo formalismo.