Los movimientos heréticos, como fenómeno de ruptura de la unidad de la Europa cristiana, constituyen hoy tema de interés generalizado en el contexto de la renovación que en los últimos tiempos han experimentado los estudios de Historia de la Iglesia. En Las grandes herejías de la Europa cristiana (380-1520), se analizan hechos de singular importancia como el priscilianismo, arrianismo, adopcionismo, valdismo, catarismo, corrientes milenarias, husismo, etc., que pusieron a prueba la solidez de una Iglesia que, a lo largo del Medievo, se fue erigiendo en fuerza omnipresente -ideológica y política- en el Occidente europeo. Por una parte, tal análisis aproxima al lector a las realidades religiosas cotidianas de la masa social en este dilatado período.