En la magistral “Una temporada en el purgatorio”, Dominick Dunne diseccionó el afán por guardar las apariencias a costa de todo por parte de las dinastías familiares más poderosas de los Estados Unidos. Consiguiendo la máxima de la buena literatura de que cada autor debe ser relacionado por sus lectores con una obsesión o temática en su ficción, en “La dos señoras Grenville”, Dunne vuelve a incidir en esas situaciones extremas, esta vez mediante tramas distintas. Cuando el rico heredero Willy Grenville se casa, para disgusto de su madre, con una corista, las relaciones familiares del millonario se resquebrajan. El afán por parte de la familia de él de indagar en el pasado oculto de la nueva esposa termina por levantar un muro entre el protagonista y su madre. Años después, tras fracasar el matrimonio pero seguir guardando las apariencias de puertas para fuera, Willy Grenville es asesinado por su esposa en lo que acaba declarándose en juicio como muerte accidental. La sombra de la sospecha de que la madre de la víctima, en su obsesión por evitar un escándalo, es capaz hasta de ocultar que su nuera ha acabado con la vida de su hijo, no deja de ser un secreto a voces en la alta sociedad. Al cabo del tiempo, un escritor coincide en un crucero con la asesina absuelta y reconstruye la historia de su vida. Con un ritmo narrativo digno pero que no logra estar a la altura de “Una temporada en el purgatorio”, la manera con la que el autor refleja las miserias más absolutas de las personas, las contradicciones de sus protagonistas y el reflejo de una clase social y una época, hacen de Dunne un autor al que deba seguir traduciéndose al español. Porque de la editorial más selecta de España (Libros del Asteroide) no se espera menos. www.antoniocanogomez.wordpress.com
hace 1 año