Marcos tiene diez años y se prepara con resignación a pasar un verano más en su pueblo, en el que nunca pasa nada. Un día, en el bar de su abuelo aparece una nueva cliente: una mujer mayor llamada Carola, ataviada con turbante y gafas negras, que juguetea con una baraja de póker. Gracias a Carola, Marcos aprenderá a jugar al bridge y muchas otras cosas, como qué es el retrocompresor vegetal o la mnemosina. Pero todas las cosas emocionantes acarrean peligros, y la amistad con Carola llevará a Marcos a hacer una arriesgada visita a Tanzania y hasta a descubrir que el alma puede partirse si se mira demasiado a las estrellas...