Estamos ya en la quinta entrega de la saga de Diana Gabaldon y eso se va notando en ciertos aspectos. Jamie y Claire ya no son veintiañeros que van de un lado a otro constantemente, ya son una pareja de mediana edad completamente asentada en un lugar hecho por y para ellos. Eso hay que tenerlo en cuenta. La saga, como la vida misma, también va cambiando y se transforma.
Y ojo, que la esencia de siempre sigue estando ahí en mi opinión. Las características que la hacen única nunca se han ido, ni creo que se vayan a ir nunca, porque son intrínsecas a la forma de escribir de Gabaldon y al enfoque que le dio desde el principio a Claire. Esa sensación de cercanía y ese aura acogedora siempre nunca faltan, ocurra lo que ocurra en la historia.
Reconozco, eso sí, que quizá este quinto libro sea un poco más reposado que los demás. Sobre todo con un inicio que arranca bastante más lentamente que otras veces. Durante el libro da la sensación de que "no pasa nada" con demasiada frecuencia, y eso es algo que entiendo que puede no agradar a todo el mundo. Aun así, siguen estando ahí grandes momentos de aventura como el incidente con la pareja del señor del ictus, como la boda de Yocasta, como la guerra de Regulación (y los hechos con Roger) o como todo el final relacionado con Bonnet.
¿Es suficiente para 1300 páginas? Supongo que depende de cada uno. A quien vibre en exclusiva con la acción más directa y no disfrute tanto del "slice of life" (me vais a permitir que robe el concepto a la animación japonesa) seguramente se le quede corto. Para mí sigue mereciendo la pena, al menos mientras Claire y Jamie sigan como protagonistas. A partir de ahí, si esto cambia en algún momento (que espero que no, porque Brianna y sobre todo Roger, no están a su altura), ya hablaremos...