Entre los siglos V y XV la lengua romance fue avanzando hasta sustituir por completo al latín. Enaltecer a los héroes, dar cuenta de sucesos, temas religiosos y proverbios morales (satíricos o burlescos) formaba parte del contenido de la poesía medieval, desde las jarchas populares, pasando por poetas cultos que representan al Mester de Clerecía como Gonzalo de Berceo y culmina con “Coplas a la muerte de su padre” de Jorge Manrique.