Una novela excepcional en todos los sentidos y, seguramente, una de las mejores novelas contemporáneas escritas en lengua catalana. La he leído en castellano, pero la leeré en su lengua original.
El tema central de la novela puede considerarse el mal en todas sus facetas: venganza, odio, intolerancia, fanatismo, egoísmo, envidia, celos, hipocresía, crueldad... Aunque hay otros como la relación entre padres e hijos o el amor sublimado.
El elemento vertebrador es un violín que va cambiando de manos. Desde el momento en que las semillas que facilitarán la madera germinan, hasta setecientos años más tarde.
El protagonista-narrador -ora en primera persona, ora en tercera- nos guiará por su historia de aprendizaje personal, desde niño hasta su muerte, íntimamente ligada al violín que poseía su padre, a la huella profunda de sus progenitores, a un amor que lo hace mejor persona y que se le escurre siempre entre los dedos, a un amigo que nunca le ha fallado... Y dos juguetes, dos figuras de su época infantil, que actúan como conciencia.
A la vez que se conoce mejor a sí mismo, el protagonista desgrana el conocimiento de esa maldad que se repite, que se clava en nuestra Europa, en la inquisición, en las guerras mundiales, en los holocaustos del nacismo... Hasta hoy. También Dios es juzgado... cómo lo permite?
Cambios de escenarios y países, infinidad de personajes, de historias... La técnica narrativa, increíblemente lograda, nos permite una visión de "zoom" a través del punto de vista; la mezcla de historias -trenzadas, sobrepuestas o utilizadas paralelamente- permiten al lector abarcar un argumento sumamente atractivo. El autor consigue una obra de altísima calidad literaria que sólo el tiempo podrá otorgarle, si lo juzga oportuno, la categoría de clásico.
hace 12 años
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