En bicicleta, con su cuaderno de dibujo, acompañado de gatos y palomas, y al son del violín, el ilustrador se pierde por Venecia. Sin texto, excepto por un pequeño párrafo introductorio, las bonitas ilustraciones nos transportan por los lugares más emblemáticos y entrañables de la ciudad italiana.
He disfrutado mucho pasando una y otra vez las páginas de este precioso álbum ilustrado, en las que el autor pone a volar la imaginación y siempre descubres un nuevo detalle. Muy recomendable.
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