A una buena novela histórica se le exigen tres premisas: personajes sólidos, documentación exhaustiva sobre la época y una trama interesante. Si a ello le añadimos un estilo brillante, de una belleza poética indiscutible, entonces nos encontramos ante una gran narración que supera y amplía el género. Esta novela cumple todos estos requisitos y lo hace con un inmejorable tono épico y una prosa melodiosa y rítmica. Los apartados dedicados a la guerra están plagados de escenas bélicas excelentemente narradas y de un gran rigor histórico. Cabe señalar,además, el detallismo en la descripción del vestuario de los aqueos y los troyanos, de su modo de vida, de la parte mítica de los personajes -mezclada con una naturalidad excepcional con la vida cotidiana-, así como de la incidencia de los dioses y los oráculos en los avatares de su vida.También es destacable la prosodia y la melodía macabra que el autor utiliza con extrema delicadeza para presentarnos una visión ritualista de la guerra.Estamos, en definitiva, ante una novela que se lee de un tirón, una novela apasionada y apasionante. Lo mejor de la historia mítica griega aunada con la intrahistoria, la vida de dos hermanos gemelos, que se aman y se odian a muerte. Los grandes temas de la literatura excelentemente tratados: el amor, la pasión, el odio y la ira, los celos, la guerra y los dioses. Un sofisticado cóctel bien servido y aderezado, para el gusto de los amantes de la literatura.