Nota: La autora ha recuperado los derechos sobre su novela en 2021 y la ha autopublicado, por lo que espero que se hayan corregido todos los fallos de la anterior edición. «Quiero guasavi» es el primer trabajo de Cristina Busto. Ambas nos conocimos gracias a nuestros respectivos blogs y admito que saber que Biel, el protagonista, era calvo en cierta medida por culpa de una entrada en mi blog en la que reivindicaba la presencia de más protagonistas calvos en las novelas, me hizo especial ilusión. Alicia trabaja como recepcionista en una clínica dental y comparte casa junto a Sebi, su mejor amigo. Para acceder a ella mintieron a Biel, su propietario, fingiendo ser pareja y más tarde, contraviniendo una de las cláusulas del contrato, subarrendaron la casa a Toni y Carla con la finalidad de reducir gastos. La Ley de Murphy establece que si algo puede salir mal, saldrá mal, así que en poco espacio de tiempo, Alicia se queda sin trabajo y Biel descubre que sus inquilinos han incumplido con el contrato. Sebi y Alicia se proponen solucionar el problema ideando una estrategia disparatada. ¿Lograrán que Biel cambie de opinión, y les permita seguir viviendo en su casa? La novela está narrada en primera persona con un estilo desenfadado y donde abundan los diálogos entre los personajes, que utilizan un lenguaje coloquial, acorde a sus edades, pero donde he echado en falta más registros. Con esto quiero decir que me ha dado la sensación de que todos hablaban exactamente de la misma forma: ya fuera un frutero, una maestra, una abogada o la trabajadora de una editorial. La historia de amor es actual, no presenta muchos altibajos y los personajes secundarios se encargarán de complicarles algo más la existencia aunque es cierto que esperaba más de alguno de ellos, por ejemplo, de la ex de Biel o de Bea, su hermana. Los protagonistas están bien definidos. Biel -del que creo que en ningún momento de la novela se menciona su apellido- es el personaje que más me ha gustado. Es un padre preocupado por su hija, responsable, cabal... en definitiva, es la antítesis de Alicia, demasiado explosiva para mi gusto. Es una chica impulsiva, patosa, con mala suerte -eso hay que admitirlo-, y que durante la novela ha tenido varias reacciones totalmente desproporcionadas, como por ejemplo la que protagoniza con Carla en un momento determinado, y que no me ha gustado en absoluto. El desenlace es muy bonito pero de nuevo, creo que la autora no ha sabido ejecutarlo de la mejor forma posible. Los personajes echan mano de su falta de insensatez para realizar un trayecto que a todas luces, resultaría poco verosímil en la vida real, además de temerario... Y sintiéndolo mucho, ahora me toca darle un estirón de orejas a la editorial. Señores editores, la publicación de un libro es un trabajo en equipo y si alguien falla en esa cadena, todo se resiente. En este caso, la parte más negativa de esta lectura ha sido su corrección: existen muchos fallos de puntuación y de acentuación, alguno de ellos muy graves y si ya me molesta encontrar esos errores en un libro en digital, que pueden subsanarse de forma sencilla, imaginaos mi enfado cuando compro esa historia en papel y esos errores se tienen que quedar en mi casa, impresos para siempre. Con esta opinión no pretendo desanimar a nadie a leer esta historia, simplemente, he intentado plasmar lo que me ha hecho sentir a mi. Quizás debido a mi edad, o a mi forma de ser, no he entendido la postura de los personajes en muchas ocasiones pero espero, de todo corazón, que muchos otros lectores lo hagan y disfruten con las locuras de Alicia.
hace 1 año