De entrada, es una novela con una temática poco común y con una forma de narración inusitada. Como si de un concurso tipo Gran Hermano se tratara, el autor muestra y describe a cada personaje expuesto ante un público anónimo e indeterminado, haciendo sus tareas laborales de forma individual. Vemos trabajando a un albañil, un carnicero, una limpiadora, una teleoperadora, un mecánico, una operaria de fábrica, un camarero... Cada personaje expresa su pasión, su motivación, su desilusión, su hastío a la hora de desarrollar su tarea profesional, así como las emociones o sentimientos que guardan de su vida profesional. Continuamente, hacen manifestaciones sobre lo moral o inmoral de este tipo de trabajo, con público que les observan, sin jefes a la vista, sin control, bajo el mando de una empresa indeterminada, la cual, parece aumentar progresivamente el rendimiento de cada profesional, a pesar de que el objetivo es un poco incongruente por las circunstancias a las que están expuestos los personajes. A medida que avanzaba la lectura, no me quedaba claro si el autor quería lanzar un mensaje sobre el mercado laboral con varias reflexiones, o ha querido tener pretensiones de algo más, hilando hacia una novela más compleja, con intención de más profundidad en el contenido y en el desarrollo de una trama que no ha llegado a definir. Me he quedado con ganas de más y por eso me he inclinado por la primera opción: la he considerado una novela entretenida y con varias ideas perspicaces.
hace 5 años