Entre la disciplina del capitán Smollett y la picaresca de John Silver se sitúa el intrépido Jim Hawkins: el muchacho es noble pero comete una acción indisciplinada que conduce a sus amigos a la salvación. Lectura: ¿Hay que infringir las normas para provocar un cambio? La novela es una auténtica partida de ajedrez usando la isla como tablero. Las piezas: la empalizada, el tesoro, el mapa, el barco, las provisiones, el náufrago, el motin. El tesoro cambia de sitio, el mapa cambia de manos, el barco cambia de posición, las provisiones cambian de dueño, John Silver cambia de bando una y otra vez. Cada vez que sucede una de estas cosas la novela gira como un diamante a la luz. Lo que más me gusta: la voz del muchacho; su abordaje a la Hispaniola; la extraña relación que se establece entre John Silver y Jim Hawkins: el muchacho que empieza a descubrir la vida y el villano que se las sabe todas. Lo que menos (por decir algo): cuando en un par de capítulos es el doctor Livesey quien nos cuenta la historia. Si este par de capítulos no existiera el relato seía más fantástico, hasta podría tratarse de un sueño: el errático devenir de Jim Hawkins es el que va dando forma a la historia. La parte final me encdanta: todos sabemos que los piratas están derrotados pero John Silver aún continúa jugando la partida... para conseguir el mejor tesoro: seguir viviendo.
hace 14 años