Esta es la historia de Beatrice, una atractiva trabajadora en una empresa que sufre acoso laboral por parte de su jefe, Georges. Chantajeada y cansada de él, Béatrice se decide por realizar un sortilegio que convierte a su jefe en mujer, sometiéndola. Es el momento de cambiar las tornas. Con estos mimbres, Froumont realiza una muy divertida historia de corte erótico-festivo, llena de ironía. En una extensión relativamente comedida, apenas el centenar y una decena más de páginas, la historia termina siendo redonda, tanto en su ritmo narrativo como en los personajes —incluyendo aquellos secundarios, bien trazados— que Gisèle y Béatrice despliega. El grafismo, a caballo entre el desenfado y las líneas claras, da todo el protagonismo a los personajes, en muchas ocasiones dejando fondos diáfanos para que sea el color el que ofrezca el tono y la atmósfera. El resultado es, como ya se ha avanzado, una historia bastante divertida, con su toque de crítica, su dosis de erotismo, su punto de romanticismo y un desenvolvimiento tan fresco como entretenido. (Carlos Cruz, 21 de julio de 2015)
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