Dicen que su ropa se confunde con lo que le rodea, esté donde esté. Dicen que si le miras durante el tiempo suficiente, puedes leer lo que hay escrito en el muro detrás de él. Dicen muchas cosas sobre el Schwa, pero sólo podéis estar seguros de una: nadie podía verle. Excepto yo. Me llamo Antsy Bona...