El Don fluye caudaloso y manso al sur de Moscú hasta desembocar plácidamente en las estepas del Cáucaso. Pero nada a su alrededor lo es. Ni los amores adúlteros y salvajes de Grigori y Axinia, ni la vida en Tatarski. Tampoco el destino del pueblo cosaco, que sembrará de víctimas el campo de batalla...