¿Quién de nosotros vive con veinticuatro horas al día? Y, cuando digo «vive» no digo «existe» ni digo «pasa por ahí». ¿Quién está libre del presentimiento de que las grandes tragaderas de tiempo de nuestras vidas están descontroladas? ¿Quién puede estar seguro de que su magnífico traje no se ve desl...