Segunda novela de Joel Dicker, que va de menos a más. Al principio, no me convencía mucho pues me estaba pareciendo leer un libro infantil de Roal Dahl. Pero conforme va avanzando me ha ido cautivando poco a poco. Tiene mucho sentimento y profundidad. Te hace pensar en tu infancia y juventud, en tus relaciones familiares y en que todos tenemos nuestros fantasmas y miedos por mucho que el exterior parezca resplandecer. Para mí, mucho mejor que el anterior libro por los sentimientos que ha movido en mí y porque es una narración cotidiana sobre la vida, más real y aún así, genera misterio. Recomendable.
hace 5 años