Evie, huérfana de madre desde pequeña y a punto de perder a su padre, intenta escapar de la conspiración de su familia materna, que va tras el dinero que ella heredará. Para ello necesita casarse con alguien que la proteja, y aunque no es el candidato idóneo, le propone a Sebastian, desesperadamente necesitado de dinero, que se case de inmediato con ella a cambio de su dinero. Tras el matrimonio de conveniencia Evie vuelve a cuidar a su moribundo padre junto a su marido, que se interesa enseguida por el Club de juego de su suegro.
La historia se sitúa en Londres en 1843. La mayor parte de la trama se desarrolla en el Club de juego Jenner’s, e incluye, a parte de escenas eróticas y sexuales detalladas, algo de acción e intriga. No obstante, la transformación de los protagonistas, en especial del masculino, es francamente increíble. Sebastian, que al principio de la historia es un mujeriego, grosero y caradura indómito, se convierte en un marido protector, celoso y locamente enamorado de su esposa. Por no mencionar como abandona su apreciada vida ociosa y disoluta para volcarse en el trabajo.
Me ha parecido una novela romántica típica y tópica, donde todos “fueron felices y comieron perdices”, entretenida, pero con una prosa simple y nada destacable literariamente.