Dos niñas y un muchacho desaparecen mientras jugaban en los alrededores de Canejan, un pequeño pueblo aranés. Catorce días más tarde, las pequeñas se sorprenden ante el revuelo que origina su regreso, pues no parecen ser conscientes de las dos semanas transcurridas. Los apenas cien vecinos del municipio reciben con estupefacción a las niñas que aseguran haber pasado la tarde en compañía de su amigo. De Daniel, sin embargo, no hay ni rastro. Unos años más tarde, una reportera donostiarra en paro, Iratxe, recibe un correo anónimo sobre el suceso. Seducida por el caso, se traslada al Valle de Arán creyendo que hallará el argumento de una buena historia. Pero lo que se plantea como una inocente aventura resulta una auténtica pesadilla en el momento en que entabla relación con un viejo que asegura ser Daniel. Iratxe tendrá que asumir una realidad tan inaudita como macabra entre habladurías y supersticiones, cargadas de espejismos. Una subyugante historia en la que la autora te hace sentir la maldad sin intermediarios, en toda su pureza y esencia.