¿Qué es una regla, si esta parece confundirse sin restos con la vida? ¿Y qué es una vida humana, si en cada uno de sus gestos, de sus palabras y de sus silencios ya no puede ser distinta de la regla? El nuevo libro de Giorgio Agamben busca dar respuesta a estas preguntas a través de una apasionada relectura de aquel fenómeno fascinante, y ya extinto, que ha sido el monaquismo occidental, desde Pacomio hasta San Francisco. El libro reconstruye en particular la vida de los monjes en su obsesiva atención a la escansión temporal y la regla, a las técnicas ascéticas y la liturgia. La tesis de Agamben, sin embargo, es que la verdadera novedad del monaquismo no está en la confusión entre la vida y la norma, sino en el descubrimiento de una nueva dimensión, en la cual quizá por primera vez la “vida” como tal se afirma en su autonomía; y donde la reivindicación de la “altísima pobreza” y del “uso” lanza un desafío al derecho, con el cual nuestro tiempo debe todavía hacer cuentas. “¿Cómo pensar una forma-de-vida, es decir, una vida humana que se sustraiga por completo a ser capturada por el derecho, y un uso de los cuerpos y del mundo que no se sustancie jamás en una apropiación? ¿Cómo pensar la vida como aquello de lo cual nunca se da propiedad, sino solamente uso común?”.