Buena novela. Particularmente ha sido una lectura “extraña”, pues desde el primer momento sabía quién era el asesino, y no por mis pasables dotes intuitivas o sagaces (alguna vez acierto), sino “gracias” a un artículo de una revista que leí hace muchos años donde desvelaba, o mejor dicho, destripaba la trama de la novela al alabar la singularidad del argumento.
Aun así, y para mi sorpresa, ha sido una esplendida y amena lectura. Al conocer este “detalle” me ha permitido ver la historia desde otro punto de vista, permitiéndome percibir lo bien construida que está la intriga, tanto la principal como las adicionales que inciden y toman parte del enigma.
Este libro se le considera el primer gran éxito de la escritora, y nos sitúa la acción en un idílico paraje campestre donde todos los vecinos se conocen, y como ocurre en todos los pueblos (no importa el país) el cotilleo es el pasatiempo local de los habitantes; es remarcable el entrañable y chismoso personaje de Caroline.
En este sitio apacible y delicioso, donde Poirot elige como lugar de retiro, se ocultan en una aparente normalidad una compleja urdimbre de pasiones, intereses ocultos, misterios e inconfesables secretos. Por supuesto el ridículo pero gran detective belga, descifrará todos los asuntos utilizando las células grises con las pistas halladas y su perspicacia psicológica.
Novela detectivesca muy recomendable.
hace 12 años
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