Qué hace J.L.C., tan dado a convenir meretricios y refriegas, costes y cancelaciones desveladas, envuelto en su sufrida manta de Astorga, de condenado y viejo; qué fingen sus nostalgias y su insomnio nebuloso enmudeciéndonos al alimón con frases tiernas, irónicas, ásperas. Yo creo en la sobriedad co...