Una apacible noche de mayo de 1983, Diane Downs llegó al hospital de Springfield en su coche; dentro del automóvil, el horror: sus tres hijos, heridos de bala.Cheryl, de siete años, murió; Christie, de ocho, y Stephen, de tres, sobrevivieron con graves secuelas.¿Quién podía haber cometido aquella at...