«Volver a Roma es un sueño tridimensional. Está increíblemente viva y a la vez, muerta. Es el Coliseo y la moda, el azahar del jardín de naranjos, el orégano de la pizza, el queso fundido y el olor a gasolina de las vespas; es el color oxidado de las fachadas de Piazza Navona, el verdín de las escul...