Vaya por delante que esta no es una crítica objetiva, sino una opinión personal. Es muy posible que usted no esté de acuerdo con lo que va a leer, es lo que tienen las opiniones. Ensayo sobre la ceguera es considerada una de las más grandes novelas del siglo XX. Yo, sin embargo, la considero una buena novela, nada más. Me veo por tanto en la agria obligación de resaltar los que para mí son sus puntos débiles. Dicho esto, comencemos.
El planteamiento de Ensayo sobre la ceguera es uno de los más brillantes que leído. Saramago sabe, con sus primeros capítulos, enganchar al lector como muy pocos autores han logrado hacerlo. Sin embargo, las novelas, para ser consideradas tal, constan también de un nudo y de un desenlace. El soberbio planteamiento se continúa de unas páginas a su altura, sumergiendo al lector en un mar de angustia, dejándolo sin respiración en varios pasajes: el horror, la maldad, lo rodean todo. Y de repente, cuando uno ya ha pasado la mitad de las páginas y de una manera incomprensible, este clima dibujado por Saramago de forma tan meritoria se diluye para dar paso a una segunda parte insulsa, y a mi modo de ver, sobrante. En estas páginas y páginas redundantes para no decir mucho, el portugués llega incluso a meter con calzador una crítica a la religión improcedente en esta historia, y la concluye de un modo poco arriesgado, aunque no por eso necesariamente malo.
Saramago emplea en esta ocasión un estilo original y característico, presente en otras de sus obras. Personajes sin nombres, diálogos sin rayas, tan solo separados por comas del resto de la narración, y multitud de incisos en los que se expresan reflexiones del autor, a veces interesante, menos frecuentemente algo insustanciales.
Insisto, Ensayo sobre la ceguera es una buena novela. En mi opinión no llega a estar a la altura de otras novelas que tratan la temática de la lucha humana por la supervivencia (tómese por ejemplo El señor de las moscas, de Golding, mucho más cargada de simbolismo), aunque es una historia recomendable. Escribo esta reseña desde la desilusión que me ha producido su segunda mitad, y quién sabe si también lo alto que habían puesto el listón las expectativas y los prejuicios. De todas formas, no me haga mucho caso, no vaya a ser que le disuada de leer esta novela.
hace 5 años
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