Bueno -dijo Augsberg, con tono que no admitía réplica. Tengo intenciones de sacaros de este infierno. Podéis seguirme o quedaros. Sólo nos llevaremos las municiones y las armas. Os desligo del juramento a la bandera y, si me seguís, no tengo nada que prometeros. Pero si os quedáis, os consumiréis en...