En su última novela Cristina Cerezales Laforet ha escrito una bella historia de amistad. Ulises y Yacir son dos adolescentes cuyos orígenes, situación y cultura son bastante distintos, pero que el destino los juntará y a pesar de sus reticencias iniciales se convertirán en buenos amigos. Ambientada en la costa gaditana, la interculturalidad está presente a lo largo de las páginas, y en especial en sus peculiares personajes, a caballo entre dos culturas, la magrebí y la española. Y es que, no menos importantes que la amistad que surge entre los dos chicos, las vivencias de Dorotea, Yamal y Melika, entre otros, abren el abanico para reflexionar, junto a esa amplia y variada familia que se forma en la novela, sobre aspectos como la inmigración ilegal o el componente espiritual de la vida, que se manifiesta en forma de don especial en algunos de los personajes. Una novela amable y positiva, en la que cabe señalar la bondad de los personajes, a veces casi utópica; y que aunque no destaca literariamente hablando, se lee con facilidad, entretiene y alegra el espíritu. (Esther Rodríguez, 15 de febrero de 2017)
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