Tiene una cosa buena esta novela... es corta. La pude acabar gracias a eso y a mi curiosidad de hacia donde me podían llevar tantas páginas en las que realmente pasa poco o nada. Es un trampantojo literario. Empieza con un asesinato que te hace pensar que la cosa va de novela negra, detectives carismáticos, ingeniosas investigaciones, conclusiones sorprendentes, pero no. Es un coro sinfónico -con una cierta armonía, eso si- en el que la trama del crimen tiene un papel casi terciario. Y luego está lo de las descripciones... laaaaargaaaas. No es un obra narrativa, sino descriptiva, en la que lo que pasa es mucho menos importante y se le dedica mucho menos espacio que a decirnos como son los muebles de la habitación donde pasa, como eran las nubes el día que pasó, como fruncía el entrecejo la persona que lo vio... y así todo. Y ya lo de la historia de la loba es un WTF (perdón por el extranjerismo) en toda regla. Si vas buscando novela negra, no te dejes engañar por el precedente de su autora y sáltatela... yo probaré suerte con la siguiente de la saga y a ver que pasa a partir de ahí.
hace 1 mes