Hace tantos años que no leía poesía que no sé muy bien como reseñar Pasaporte de Óscar Sejas. Me vais a perdonar que nos hable de métrica o de metáforas porque esos conocimientos andan perdidos por algún lugar de mi memoria pero en cambio sí que me gustaría comentaros otras cosas de su maravilloso poemario. Los poemas de Óscar hablan de amor, de desamor, de recuerdos, de anhelos, de las ciudades que ha visitado, de sueños inalcanzables, de amores buscados en esas barras de bar que algunos llaman vertederos de amor y de la esperanza de volver a sentir en otros brazos lo que te hizo sentir esa persona que hizo vibrar tu corazón. También de cómo esos sentimientos que bullen en su interior acaban convertidos en versos para a veces mitigar el dolor aunque sepa que, en ocasiones, la persona a la que van dirigidos no los va a leer. Cada poema despierta un sentimiento diferente cuando los lees: trae a la memoria a personas, sonrisas, remembranzas de sueños rotos, el recuerdo de aquellos ojos que lo eran todo pero sobre todo consigue que recuerdes que el corazón además de bombear sangre y oxígeno es capaz de dejar de ser esa piedra en la que Medusa lo convirtió (supongo que cada uno tenemos un nombre para esa Medusa) y que recuerde lo bonito que es amar aunque a diferencia de en los cuentos de hadas, a veces el sueño se rompa y las sonrisas acaben convertidas en lágrimas.