He terminado, Parece que fuera es primavera, de Concita De Gregorio. Este libro está basado en unos hechos reales que conmocionaron a toda Italia en 2011, la base, el fondo en que se ha inclinado Concita a la hora de escribir y con ello dar voz a Irini Lucidi, y a otras tantas madres para las que nadie tiene respuestas que dar ante la perdida de un hijo y más en situaciones tan drásticas. No es un libro sensacionalista donde madre y autora se recrean directamente en el material escabroso, solo intenta dar voz a esta madre que necesita superar unos hechos determinados y mirar al futuro sin olvidar, porque en casos como este, no existe el olvido. A principios de 2011, Mathias recién separado de Irini y padre de las gemelas de 6 años Alessia y Livia, se las lleva unos días de vacaciones, días después se suicidó lanzándose a las vías del tren dejando una nota a su ex-mujer donde decía que las pequeñas no habían sufrido y que no las volvería a ver. A través de cartas, recuerdos y reflexiones, Irina se suelta, se abre y se sincera no con rabia pero sí con una impotencia y desconsuelo que parece no tener fin, desde el momento en el que ocurrieron los hechos hasta el presente, pasando por esa relación que la marcaría para toda la vida. Una ausencia imposible de olvidar, un desgarro para el que no existe una palabra en la que se pueda verter o definir tanto dolor, un dolor que no mata ni se olvida, pero que poco a poco puede destruir.
hace 6 años