En la obra Los hijos de la colmena, se evidencian las pasiones de los jóvenes insurgentes de la guerrilla guatemalteca de los años ochenta. El entusiasmo de los revolucionarios entra en juego y, al calor de los anhelos, los rebeldes viven intensamente. Desde su posicionamiento, el futuro es posible, la utopía socialista encarna para ellos lo mejor del ser humano y todas las respuestas esperadas en la construcción de una sociedad justa. Pero al vivir en la clandestinidad estos muchachos y muchachas atrapan con ansia cada minuto de su vida, aman intensamente. Esa pasión desbordada, hace que algunas muchachas queden embarazadas. Pero la vida clandestina impone demasiada disciplina, por lo que la Dirección Nacional del EGP, organiza “las colmenas”. Allí vivirán y se educarán los hijos de los revolucionarios, el hombre nuevo del mañana.