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Resumen

«La primera vez que maté no fue algo premeditado, simplemente ocurrió. Ni tan siquiera se me había pasado por la cabeza que aquello fuera a gustarme tanto, ni que fuera a hacer de ello algo constante en mi vida». Verano en Madrid. Un adolescente sale a pasear de madrugada para intentar calmar el calor sofocante que derrite la ciudad cuando, sentado en un parque, se encuentra en una situación que le hace reaccionar de una forma inesperada. Esa noche será el pistoletazo de salida para una doble vida en la que se dedicará a dar rienda suelta a su imaginación, creando obras de arte a la par que imparte justicia contra aquellos que, según él, merman de un modo u otro la sociedad, haciéndoles formar parte de sus creaciones. Metódico, educado y profundamente analítico, el protagonista te hará empatizar con él a la vez que te pondrá los pelos de punta mientras describe cómo realiza sus obras de arte. Con tres preguntas constantes en su vida y una frase que nunca deja de sonar mientras crea, en la mente de este asesino tan peculiar no hay sitio para el arrepentimiento ni la compasión. Escrita en primera persona, el protagonista te invitará a pasear por su infierno particular, haciendo que disfrutes con él de auténticas obras de arte escritas con sangre. «Ninguna noche fue tan dulce como la de la primera vez que maté».

1 críticas de los lectores

9

Hay ocasiones en las que se aprecia un salto cualitativo en la obra de un autor. En el caso de “La primera vez que maté” de Gonzalo Jerez el salto es estratosférico. El título y la portada os dan una idea de la trama del libro, ¿no? Eso sí, no esperéis una novela negra al uso, ya que la trama está bastante alejada de los tópicos: no hay policías que investiguen, sino que es el propio asesino quien nos cuenta por qué mató por primera vez y qué despertó en él ese primer crimen. En primera persona, el protagonista nos hace partícipes de cómo y porqué elije a sus víctimas. Unas veces erigido como juez y verdugo y otras, llevado por la necesidad de matar. El protagonista no es víctima de abusos, ni tiene problemas mentales. Simplemente es una persona que disfruta matando a personas que él considera que no aportan nada a la sociedad. A veces los mata de forma rápida y otras trabajando como Miguel Ángel para darle a sus “obras” un toque especial. También nos habla de su día a día: de su trabajo como periodista, de sus, cuanto menos, peculiares relaciones afectivas y de cómo lleva una vida perfectamente normal cuando no siente sed de sangre. El final de la historia es maquiavélico. Un broche de diamantes a una trama excepcional y muy original. Un librazo que no os debéis perder. P.D.: Dos consejos: A lo largo de la historia el asesino repite tres preguntas. Medita las respuestas porque la muerte puede estar a la vuelta de cualquier esquina. Los bolígrafos BIC no son lo que parecen.

hace 7 años